En la antigua mitología, los dioses poseían poderes realmente mágicos. Podían aparecer y desaparecer, volar por los aires en un abrir y cerrar de ojos, y cambiar de forma a voluntad.
Una vez , Júpiter, señor de los dioses, vio desde la ventana de su palacio a una hermosa doncella que retozaba con sus amigas en un prado. Quedó tan prendado de su belleza, que decidió bajar a la Tierra y cortejarla.
Cuando llegó a la Tierra, convirtióse en un hermoso toro blanco. Avanzando por la hierba, se dirigió al prado donde Europa jugaba con sus amigas. Al verlo, las demás doncellas huyeron lanzando gritos de pavor; únicamente Europa no mostró temor alguno. Cautivada por el hechizo de Júpiter, acercose al toro blanco, de mirada tan mansa y dulce , que ella tendió la mano y le acarició la testuz. Puso entonces en torno al cuello del animal una guirnalda de flores. Cuando vio que el toro se arrodillaba a sus pies, se sentó en su lomo y acomodose en él. Pero instantáneamente el toro salió corriendo y, ante la consternación de Europa, saltó al mar, con la doncella aún sobre él.
Pero el toro cabalgaba las olas con tanta suavidad, que ningún mal aconteció a la doncella. Finalmente, llegaron a la orilla opuesta, donde Júpiter se le reveló en todo su esplendor, diciéndole:-" Hice esto por amor de ti. ¿Quieres ser mi esposa?."
Abrumada por la majestad del dios, Europa consintió en ello. Se celebraron en Creta sus esponsales con Júpiter al cual daría tres hijos. El continente adonde fue transportada Europa recibió el nombre de la doncella.
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