Burbujas
pequeñas:
se
trata
de
burbujas
de
líquido
atrapadas
en
jabones
duros;
puede
deberse
a
exceso
de
sosa,
o
a
no
haber
removido
siempre
en
el
mismo
sentido;
debemos
tirar
el
jabón
porque
ese
líquido
es
cáustico.
Jabón
blando:
si
después
del
secado
el
jabón
está
aún
blando
se
debe
a
un
exceso
de
agua
o
a
un
defecto
de
sosa;
dejarlo
secar
y
utilizar
una
vez
seco.
Jabón
con
grumos:
se
debe
a
un
defecto
de
agua,
el
jabón
resultante
apenas
se
podrá
cortar
sin
que
se
parta;
la
solución
es
recuperar
el
jabón
o
rallarlo
y
así
utilizarlo
para
la
colada
o
para
relleno
de
otro
jabón.
Jabón
pegado
al
molde:
seguro
que
no
se
ha
engrasado
el
molde;
para
despegar
el
jabón
habrá
que
congelarlo
durante
una
hora
e
intentarlo
después.
Pedacitos
blancos
en
el
jabón:
se
deben
a
un
exceso
de
sosa,
los
pedacitos
blancos
son
cáusticos,
por
ello
lo
mejor
es
utilizarlo
para
la
colada.
Rotura
del
jabón:
se
debe
a
un
exceso
de
sosa
que
ha
producido
una
extensa
capa
de
grasa
en
la
superficie
del
molde,
es
decir
gran
cantidad
de
sosa
y
de
aceite
no
han
reaccionado
por
ello
se
rompe
el
jabón.
Solo
una
parte
del
jabón
ha
solidificado:
esto
ocurre
en
los
jabones
que
llevan
leche
y
se
soluciona
utilizando
una
batidora
eléctrica
hasta
obtener
la
consistencia
de
crema.
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