domingo, 11 de agosto de 2013

El Bocio por déficit de Yodo

El bocio por déficit de yodo.

El cuerpo humano contiene de 20 a 30 mg de yodo, de ellos el 75% se encuentra en la glándula tiroides, la mayor glándula endocrina del cuerpo, localizada en los laterales del cuello, a la altura de la laringe; y se almacena allí porque es un componente de las hormonas tiroideas. Estas hormonas son las principales reguladoras del metabolismo energético del cuerpo.
Su símbolo es I y su número atómico 53. Es un elemento químico esencial para el organismo. En la tabla periódica de los elementos químicos, se engloba dentro de la familia de los halógenos (fluor, cloro, bromo, Yodo). En condiciones de laboratorio es un gas; pero en su estado natural se presenta como líquido o sólido.
Nuestro cuerpo lo obtiene básicamente con el consumo de pescados, mariscos, algas, frutas y verduras. Se absorbe en el tracto intestinal y es transportado por el torrente sanguíneo hasta llegar a la glándula tiroides para ser almacenado y utilizado en la producción de hormonas.
La glándula tiroides fabrica las hormonas tiroxina y triyodotironina que contienen yodo y que juegan un papel muy básico en la biología actuando sobre las transcripción genética para regular la tasa metabólica basal. La acción de dichas hormonas es indispensable para el crecimiento y desarrollo del sistema nervioso central en la etapa prenatal y los primeros años de vida del ser humano, además de su crecimiento y desarrollo somático ulterior.
Los trastornos en los niveles adecuados de yodo pueden desencadenar:
Por deficiencia:
  • Hipotiroidismo.
  • Hipotermia e intolerancia al frío
  • Disminución de la tasa metabólica basal.
  • Aborto en mujeres embarazadas.
  • Deformaciones fetales, así como retraso mental posterior o cretinismo.
  • Bocio ( agrandamiento de la glándula tiroides, que debe trabajar más para captar el yodo)
  • Fatiga crónica.
  • Apatía.
  • Sequedad de la piel.
  • Aumento de peso.
Por exceso:
  • Aumento de la tasa metabólica basal. 
  • Apetito voraz.
  • Sed inagotable.
  • Pérdida de peso.
  • Debilidad general.
  • Intolerancia al calor.
  • Nerviosismo.
  • Trastornos cardíacos.

Funciones que desempeña:
Estas son algunas de las funciones más importantes del yodo:
  • Participa en la formación de las hormonas tiroideas, tiroxina y triyodotironina.
  • Es necesario para obtener energía corporal.
  • Ayuda en la absorción de hidratos de carbono.
  • Mantiene en buen estado uñas, pelo, piel y dientes.
  • Mejora la agilidad mental.
  • Ayuda a regular y sintetizar el colesterol.
  • Está presente en las fases de crecimiento y desarrollo del organismo.
  • Ayuda a que nuestro organismo queme el exceso de grasa.
  • Participa en el funcionamiento de tejidos nerviosos y musculares.
  • Participa en el sistema circulatorio.
  • Es necesario para el correcto metabolismo de los nutrientes.

Su déficit puede provocar:
Su deficiencia puede ocasionar una serie de trastornos en el organismo, estos son algunos de ellos:
  • Bocio simple.
  • Que la persona sea muy sensible al frío.
  • Que la persona aumente de peso alcanzando obesidad.
  • Que se padezca la enfermedad de Cretinismo que cursa con un retraso físico y mental.
  • Que se produzca una baja actividad metabólica.
  • Que la piel y el pelo se muestren secos.
  • Mayor propensión a padecer palpitaciones cardiacas.
  • Mayor propensión a padecer hipotiroidismo.

Se deben tener cuidado con el abuso de alimentos que favorecen la perdida de yodo, por ejemplo el repollo o la col.  Los excesos de iodo pueden interferir negativamente en la glándula tiroidea, ocasionando su mal funcionamiento y por tanto su administración externa a la comida es peligrosa.

Toxicidad:Las dosis superiores excesivas pueden causar alteraciones serias como el hipertiroidismo. Además la intoxicación por yodo puede dar entre otros, los siguientes síntomas:
  • Vómitos.
  • Sabor metálico.
  • Diarreas.
  • Espasmos intestinales.

Nutrientes sinérgicos:
La combinación con cualquiera de estos elementos, potenciará los efectos del yodo:

Alimentos ricos en Yodo:
Estos son algunos de los alimentos más ricos en yodo:
Sal yodada (1500-2500 mcg).
Mariscos en general (200-300 mcg).
Almejas y Mejillones (130 mcg)
Gambas (130 mcg).
Bacalao (120 mcg)
Caballa (74 mcg).
Anchoas (70 mcg)
Atún (50 mcg).
Salmón (34 mcg).
Sardina fresca (32 mcg).
Lenguado (17 mcg).
Legumbres (10-14 mcg).
Brócoli (15 mcg).
Zanahoria (15 mcg).
Espinacas (12 mcg).
Piña (hasta 12 mcg)
Higos secos (4 mcg).
Té (8mcg).
Algas: Kelp y Fucus
En toda verdura y hortaliza cultivada en suelos ricos en Yodo: Cebollas. Plátano. Rábano. Peras.

Enfermedades en las cuales su uso puede hacerse aconsejable:
Estas son algunas de las enfermedades donde el uso del yodo, puede estar recomendado:
  • Bocio simple.
  • Prevención de daños por radiación de la gládula tiroides.
  • Obesidad.
  • Sequedad de piel o pelo.
  • Colesterol.
  • Cretinismo.
  • Hipotiroidismo.
 En los accidentes nucleares (Japón), se desprenden en el ambiente yoduros que pueden acumularse en la tiroides; este yoduro radiactivo puede provocar cáncer de tiroides, por ello como medida profiláctica se administra yodo a la población para fortalecer la tiroides y que no absorba yoduros.
En EEUU el bocio era una enfermedad endémica hasta que el estado obligó a vender la sal de mesa yodada.
El yodo también lo utilizan los excursionistas en forma de tabletas para desinfectar el agua en aquellos países que no hay agua potable.
El yodo es un buen antiséptico, es el componente del Betadine o povidona yodada
Bibliografía:

  • MEDLINEPLUS MEDICAL: El Yodo en la dieta.
  • ELLEN MOYER: Vitaminas y Minerales.

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