domingo, 11 de noviembre de 2012

Perseo y la cabeza de la Gorgona

Tres hombres querían acabar con Perseo. Pero éste, armado con la cabeza de la Gorgona, no sólo venció a los tres, sino que hizo que se cumpliese una terrible profecía.
Al nacimiento de Perseo, hijo de Júpiter y de la princesa Danae, llenóse de espanto el corazón de su abuelo, el rey Acrisio de Argos, pues un oráculo había predicho que el rey acabaría a manos de un varón nacido de su hija Danae.

Para evitar el cumplimiento de esta profecía, el rey metió a su hija y al tierno infante en una caja de madera, que arrojó al mar. La caja estuvo a merced del viento y de las olas durante muchos días, hasta que llegó a las costas donde reinaba Polidectes. Allí un pescador encontró el cofre, y grande fue su sorpresa cuando, una vez abierto, vio que en su interior se hallaban una joven y un niño profundamente dormidos.
Cuando la noticia del hallazgo llegó a oídos del rey Polidectes, ordenó que enseguida condujeran a ambos a su palacio. Allí los cuidaron hasta que la madre y el hijo se recobraron de las penalidades sufridas en elta mar.

Pasado algún tiempo, Polidectes, atraído por la belleza de Danae, le propuso que fuese su esposa;  pero ella le rechazó pues consideraba que su deber era consagrarse totalmente a su hijo...así anduvieron forcejeando largo tiempo...el rey le pedía una y otra vez que le aceptase y ella ..una y otra vez le rechazaba por atender a su hijo.
Entre tanto, Perseo se fue convirtiendo en un gallardo y apuesto joven.
Un día Polidectes maquinó encomendarle a Perseo una misión peligrosa, con la esperanza de verlo perecer, pues creía que por su culpa Danae no acetaba el casamiento.

Llamó a Perseo y le ordenó que fuese en busca de la Gorgona o Medusa, y regresara con su cabeza...convencido Polidectes de que Perseo no lograría llevar a término tal hazaña.

Las Gorgonas eran tres hermanas, la más espantosa de las cuales era Medusa. Sus brazos eran de bronce y las alas que brotaban de sus hombros la hacían temible en el ataque.Tan horrendo era su aspecto, que el hombre que mirase su rostro quedaba inmediatamente petrificado.
Con ayuda de Minerva y Mercurio, Perseo empezó su búsqueda de la Gorgona. Supo que primero debía dirigirse a la caverna donde moraban las tres Greas, viejas arrugadas y canosas, que conocían la morada de la Gorgona. Por ser parientes de ella, no la delatarían de buen grado, así pues, Perseo tendría que valerse de la fuerza o de la astucia.

Después de un largo y peligroso viaje, Perseo llegó a la sombría caverna donde habitaban las tres hermanas. Lo más notable de ellas era que entre las tres no poseían más que un solo diente y un solo ojo,  de los cuales se servían por turno. Cuando una de ellas tenía el ojo, las otras dos permanecían ciegas.
Perseo, taimadamente, se apoderó del ojo en el momento en que una de las Greas lo pasaba a su hermana. Pusieronse a gemir lamentablemente, suplicando que les devolviera el ojo. Perseo no consintió en restituirlo, a no ser que le indicasen la ruta que conducía a la mansión de las Gorgonas y el medio de procurarse el yelmo de Plutón, que confería la invisibilidad; unas sandalias aladas, para volar con la celeridad del rayo, y un zurrón, para llevar la cabeza de la Medusa.

En posesión Perseo de lo que necesitaba, partió al instante y encontró a las Gorgonas profundamente dormidas, con Medusa en el centro, en lo más profundo del océano. Para que la mirada del monstruo no lo convirtiera en piedra, contempló su imagen reflejada en su escudo. Guiándose por este se aproximó a ella, le cortó la cabeza de un tajo y la metió en el zurrón. Acto seguido, partió con la celeridad de sus sandalias aladas.

Despertadas por los alaridos de Medusa, las otras dos Gorgonas corrieron en ayuda de su hermana, pero ya era tarde, pues protegido por el yelmo que lo hacía invisible, Perseo no tardó en distanciarse de ellas.
Durante el viaje de regreso, Perseo rescató a una doncella llamada Andrómeda, que iba a ser devorada por un dragón. Mediante la cabeza de la Gorgona, convirtió en piedra al segundo hombre que se interpuso en su camino, era Fineo, perverso prometido de Andrómeda.

A su llegada al palacio de Polidectes, Perseo solicitó audiencia del monarca, y tras de anunciar el cumplimiento de su misión, le mostró la cabeza de Medusa.....dejándole petrificado. Así libertó Perseo a Danae, su madre, y castigó al tercer hombre que se había interpuesto en su camino. Con esto sólo quedaba el primero, aquél que los abandonó a él y a su madre a merced de las olas, su abuelo Acrisio, el causante de todos sus sufrimientos.

A su regreso a Argos, Perseo y Danae supieron que Acrisio había desaparecido. Mandaron mensajeros en su busca; y entretanto Perseo  participó en un torneo de lanzamiento de disco, que se celebraba en el vecino reino de Larisa. Al llegar su turno, una vez arrojado el pesado disco hacia la marca, una ráfaga de viento lo desvió de su curso y fue a dar contra un anciano que se hallaba sentado entre los espectadores, el cual pereció instantáneamente.

Perseo supo entonces, horrorizado, que aquél anciano era Acrisio, su abuelo, que había tratado de huir a su destino yendo a ocultarse, disfrazado, en Larisa. Y así  Acrisio acabó como había predicho el oráculo, a manos de un hijo de Danae.
Después de la muerte de  su abuelo, Perseo ocupó el trono y ,junto a su madre, reinó en paz y contento en Argos durante largos años.



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